Para mantener a tu mascota protegida ante infestaciones de parásitos externos como pulgas o garrapatas entre otros has de optar por la prevención mediante el uso de pipetas, este es uno de los cuidados básicos que debes tener en cuenta para que tu perro esté sano.
Además justo en verano, la estación más calurosa, es la más propicia para que las mascotas se vean afectadas por todo tipo de parásitos, entre ellos el mosquito de la leishmaniasis.
En este post queremos contarte todo lo que debes saber sobre cómo poner una pipeta a tu perro.
Empecemos explicando qué es una pipeta. Para aquellos que no lo sepan, las pipetas son envases pequeños de plástico que contienen un líquido con acción frente a distintos parásitos externos. Las pipetas se ponen sobre el perro y sus principios activos se extienden por todo su cuerpo a través de la capa grasa de la piel de forma que si un parásito lo pica, este se intoxicará.
El tamaño de las pipetas no suele variar mucho, aunque en el mercado encontraremos una gran variedad divididas según el peso de nuestra mascota, así que algunas podrán contener más cantidad que otras.
Generalmente las pipetas se aplican mensualmente, pudiendo aumentar su frecuencia de uso si nos encontramos en ambientes con una elevada presencia de parásitos o en épocas de especial incidencia.
Lo primero que tenemos que hacer es asegurarnos de que es la pipeta adecuada para nuestro perro, la mejor forma de hacerlo es utilizando aquellas prescritas por nuestro veterinario de confianza. Una vez la tengamos deberemos seguir generalmente los siguientes pasos:
- Se recomienda el uso de guantes desechables para manejar estos productos.
- Siempre es mejor contar con ayuda, sobre todo si nuestro perro está nervioso, de forma que nos ayude a inmovilizarlo, además debemos tener en cuenta que la pipeta se aplica sobre el lomo, por lo que no podemos dejar que se tumbe boca arriba en ese momento.
- Debemos apartar bien el pelo, puesto que la pipeta va puesta directamente sobre la piel, se debe colocar en el inicio de la columna, justo debajo del cuello, aunque si tu mascota es de tamaño grande deberás de repartirla en varios puntos recorriendo la columna vertebral desde la zona de la cruz, entre las patas delanteras, hasta el inicio de la cola. Dos o tres puntos serán suficientes.
- Una vez aplicado hay que tener cuidado con que el perro no se frote, pues podría eliminar parte del producto. Ten también cuidado con tocarlo mientras no esté seco el líquido.
- Para lograr mayor eficacia es esencial que no bañes a tu perro tras ponerle la pipeta, tampoco dos días antes ni dos después de su aplicación.
- Tras la aplicación es normal que observes el pelo manchado de blanco en la zona en la que has puesto la pipeta, esto tan solo indica que se ha secado el líquido.
Estas son unas indicaciones generales y recomendamos que siempre se lea el prospecto y las indicaciones de uso que ofrece el fabricante.
Debemos hablar también sobre precauciones que se deben tomar a la hora de poner la pipeta en nuestra mascota:
- Ten en cuenta que nunca podrán usarse en cachorros menores de dos meses de edad o en perros de menos de 2 kg de peso. Para su uso en perros con estas características debemos consultar con el veterinario o utilizar otro producto como los sprays.
- Si tienes gatos debes tener cuidado, algunas pipetas tienen la misma composición para perros y gatos pero las usadas en perros pueden contener sustancias tóxicas para gatos. Por lo tanto, debes tener cuidado con compartirlas o incluso con el contacto entre ambas especies mientras la pipeta no se haya secado puesto que si el gato la llegase a lamer podría intoxicarse.
- La composición de algunas pipetas no es apta para determinadas razas de perros que presentan una mutación genética que las hace hipersensibles a esos principios activos. Hablamos de razas como el collie de pelo largo, el border collie, el bobtail o viejo pastor inglés, etc. y sus cruces. Por eso es de vital importancia consultar a nuestro veterinario.
- Si se produce una sobredosificación nuestro perro se intoxicará, mostrando síntomas como hipersalivación, descoordinación o temblores. En estos casos hay que contactar inmediatamente con el veterinario y darle el nombre de la pipeta que hemos empleado para que nos dé instrucciones o pueda actuar de forma correcta.